jueves, 11 de junio de 2015

La propuesta del día: 

LOS VENGADORES: LA ERA DE ULTRÓN (2015). Joss Whedon


Mamá, han venido unos amigos a jugar ¿te importa?
En muchos aspectos la primera parte de Los Vengadores representaba la culminación del sueño húmedo de muchos frikis de los cómics. Porque la primera parte de Los Vengadores puede que no sea la mejor película de superhéroes de la Historia pero sin duda era la película de superhéroes que más se parecía a un cómics. Así las cosas, afrontar una segunda parte se presentaba como un reto algo más complejo de lo que pueda parecer a priori porque de haber optado por repetir la fórmula tal cual los síntomas de fatiga habrían quedado más que patentes y habrían terminado lastrando la película. Así que ¿qué se podía hacer para que Los Vengadores: la era de Ultrón fuese igual de entretenida sin traicionar el indudable espíritu comiquero de su hermana mayor y al mismo tiempo aportase algo nuevo a la franquicia? La respuesta: buscarte un enemigo aún más temible que te proponga un reto aún mayor y de paso aprovechar la ocasión para presentar las primeras fisuras serias en este Dream Team marvelita. Le añades unos malotes en busca de redención, algo de tensión sexual no resuelta y el germen de lo que habrá de ser la tercera y aún más épica historia de Los Vengadores y tienes no sólo una película que le sostiene la mirada a su antecesora, sino una versión mejorada de aquella. Porque Los Vengadores: la era de Ultrón es tan entretenida como la primera, su acción tan desmesurada y sus diálogos tan chispeantes como entonces y hasta sus mamporros están al nivel de los mejores supermamporros que se repartieron allí. Pero además le sumas un villano de primerísimo nivel y unas relaciones internas en el grupo más complejas donde la disensión amenaza con destruir a los héroes más poderosos de la Tierra y lo que te queda es mucho más que el sueño húmedo de un friki. Es algo más de dos horas del más puro cómic de superhéroes. Una gozada infinita. Os lo dice un friki.


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Otras propuestas: 

STOKER (2013). Park Chan-wook 

Cómo conocí al psicópata de vuestro padre
Una de las virtudes y al mismo tiempo maldición del cine es que el visionado de una película se puede afrontar de muchas maneras distintas. Uno puede fijarse en el guión y ser menos exigente con la interpretación o los múltiples aspectos de la dirección. Puede entusiasmarle el montaje y al mismo tiempo pensar que la banda sonora es infumable. Y uno puede quedar muy satisfecho con la atmósfera creada en torno a una historia pero acabar pensando que eso es lo único que salva a la película de la catástrofe. Por si no lo imaginabais esto último es justo lo que pasa con Stoker. El coreano Park recrea una atmósfera un tanto opresiva e inquietante con bastante eficacia, a ello ayuda, no obstante la muy desasosegante y desconcertante presencia de Mia Wasikowska y el cinismo redomado reflejado en la cara del muy relamido Matthew Goode. Pero la historia de esta niña mitad Lolita-mitad hija de Charles Manson, se va por el desagüe por la escasa, casi nula, consistencia de sus personajes. Y es que en el cine, al contrario que en la vida real, es necesario crear perfiles psicológicos consistentes, que el espectador, sin compartirlo, entienda porque los personajes hacen lo que hacen. De lo contrario, lo que acabas creyendo es que te han estado contando una milonga durante dos horas. Y como decía, para eso ya tenemos la vida real.


MAD MAX, FURIA EN LA CARRETERA (2015). George Miller


Quizá la palabra que mejor defina esta nueva revisión del futuro post-apocalíptico creado por el propio Miller hace ya más de 35 años esté en el propio título. Porque si uno piensa en resumir las dos horas de metraje en una única palabra es muy probable que la primera que le acabe viniendo a la cabeza sea "furia".

Trabajador madrileño intentando llegar puntual al curro
No es Mad Max: furia en la carretera una película al uso, en el sentido de que siga el tradicional esquema presentación-nudo-desenlace. O por lo menos no en las proporciones universalmente convenidas. Porque tanto la presentación como el nudo parecen estar completamente diluidos en una acción sin fin, histérica. Furiosa. Casi desde el primer minuto la película se lanza a toda velocidad hacia delante en medio del estruendo de camiones y coches tan terroríficamente tuneados que convierten las carreras de los autolocos de Pierre Nodoyuna en los coches de choque de una feria de pueblo. Así las cosas, no hay tiempo que perder en presentaciones, ya se irán presentando los personajes sobre la marcha mientras la trama se precipita hacia sus muchos finales. Porque una particularidad de esta nueva versión de Mad Max es que podría haber acabado un par de veces antes de hacerlo realmente, a la manera, por ejemplo, de El caballero oscuro de Nolan. Pero no, cuando parece que todo se ha serenado definitivamente, Miller vuelve a jugárselo a doble o nada para acabar consiguiendo el premio gordo: una magnífica y muy furiosa película de acción que vive instalada en un desenlace eterno desde el minuto uno.

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