¿Qué hago yo aquí? Me
miro las palmas de las manos como si ellas pudiesen saber algo que yo no. ¿Qué
hacemos aquí, chicas? Silencio. Miro el teclado de mi portátil, un HP de hace cinco
años cuya vida veo extinguirse aceleradamente en los últimos doce meses, por
mucho que parezca recuperado gracias a un nuevo pulmón artificial “implantado”
hace poco más de tres. ¿Qué hacemos aquí? Tú sabrás, parecen responderme
con su muy elocuente mutismo. Yo sabré.
Qué tal si empezamos
por contar de donde viene el título del blog mientras se nos ocurre todo lo
demás. Tú sabrás.
Y de aquellos barros,
estos lodos; o lo que es lo mismo, de aquellas notas, estas historias. En el
último año he publicado tres libros (esos que tenéis a la derecha) que se
venden menos de lo que me gustaría pero más de lo que esperaba. También he
emprendido alguna que otra empresa y me he dejado un buen puñado de ellas
durmiendo, sólo por ahora, el Sueño de los Justos. Todas, las dormidas y las
despiertas, empresas literarias, porque, como ya puse en boca de Pablo, el protagonista
de Un lado oscuro de la luna, escribo porque no valgo para otra cosa. Porque si no me muero. Y de todo eso que ya está dicho y de lo que queda por decir es de lo que va este blog.
Así que, si la pregunta
es “qué hago yo aquí”, la respuesta sólo puede ser “sobrevivir”.
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